Harry Potter - Golden Snitch

martes, 2 de septiembre de 2014

Punto.

Después de la entrada chorras del otro día vengo a hacer una entrada de verdad. Me gustaría dar las gracias a los monitores por nombrarme prefecto de mi casa (otra vez, que en mi segundo año fue muy a traición porque aun era muy pequeño y no) y me gustaría pedir perdón a mis Hufflepuffs porque creo que no he sido todo lo buen prefecto que podría haber sido. Porque yo no soy de levantarme en las tutorías para hablar y proponer hacer cosas como Bao, porque hablando en público me pongo muy nervioso y simplemente no me veo capaz de hacerlo. Porque yo soy más de ir y deciros “¿Cómo os han ido las clases?” también os protejo con un “Si os molesta alguien me lo decís que lo mato” o de pegarme al cristal de clase de Educación para la ciudadanía mágica con la cara pintada de Micropuff para haceros reír. Quiero pedir perdón a los Hufflepuffs novatos porque apenas he podido hablar con ellos, por culpa de los horarios y porque no soy capaz de acercarme a la gente que no conozco y hablar de buenas a primeras. Pero quiero daros las gracias por acercaros vosotros a hablarme ya sea por cosas del rol o cualquier cosa que me tuvierais que comentar. Daros las gracias a los tejones por ser tan fantásticos y ser mi familia otro años más. Quiero dejaros claro que siempre vais a tenerme ahí y podéis contar conmigo cada año con total confianza. Y, para terminar, me gustaría dar gracias a aquellas personas que han hecho de este año uno muy especial (porque sin ellos aguantándome cuando me estresaba y cantando canciones Disney para hacerme reír hubiese mandado a la mierda a más de uno). Porque todas esas anécdotas que solamente nosotros tenemos y nadie más entiende y esa amistad que se ha forjado a base de creepy pastas y comida por la noche. A los cuales no hace falta ni mencionar porque ellos ya saben que han hecho de este año el mejor con solamente su presencia.

Dani Malfoy

sábado, 23 de agosto de 2014

La magia existe.

Durante un momento te asustas. Durante un segundo cunde el pánico dentro de tu cabeza.

Un montón de “¿y si…?” te comen, te devoran. Sostienes todas tus expectativas en las manos, tambaleantes. Los días interminables esperando, los sueños, charlas llenas de spoilers por WhatsApp.

Pero, en solo un minuto, todo desaparece.

Los elfos se quejan a voz de grito de sus condiciones laborales, camareros con acento durmstraniano te sirven Coca-Cola y un alegre y ruidoso grupo se forma a tu alrededor.
Entonces, justo ahí, justo en ese momento, tumbada sobre la hierba, mirando el cielo y escuchando mil mamarrachadas, lo entiendes. Poco a poco. Ese sentimiento, esa sensación.

Sé que sabéis a qué me refiero: es lo que sientes cuando llegas a casa.

Que después sueltas tu maleta en una cabaña que, de primeras, no te ha parecido muy acogedora, te pides esa litera con un grito y miras a las once personas que –aunque aún no lo sabes— van a hacer de esa semana lo mejor. Más tarde (y mientras maldices que tu apellido no empiece por A) pasas unos infernales minutos esperando a que te pongan un sombrero en la cabeza. Cuando ¡por fin! eso sucede, el  maldito grita el nombre equivocado.
“¡RAVENCLAW!”

Parémonos un momento a apreciar dos cosas: te encuentras en una cabaña que ha sido totalmente improvisada (con el baño lejos y lleno de arañas) y en una casa que no es la tuya.
Bien, pues estas dos cosas fueron unas de las mejores cosas que pudieron haber pasado.
Aprendes tanto de las personas que te rodean como de ti. Te dan la oportunidad de probar eso de ser un águila y no una serpiente, de ser menos egoísta, de aprender a ayudar a los que quieres.


Aprendes que la magia existe, y la mayoría de las veces no tiene nada que ver con una varita.

Noa.

viernes, 22 de agosto de 2014

Magia.

Vuestras caras de felicidad, asombro y cariño en el discurso de Dumbledore.
ESO es algo que jamás creo que pueda olvidar. ESO es exactamente lo que me prometieron que pasaría cuando me metí a esta locura sinfín de reuniones nocturnas cada semana y ataques de estrés. Caras de felicidad, abrazos, besos, ánimos y sonrisas.
Sin duda ser monitora de esta maravilla ha merecido la pena.
De ahora en adelante, cada vez que un muggle me amargue la existencia con sus críticas hacia mi frikismo, voy a ser fuerte y voy a ignorarle, porque SÉ que la magia existe, y sois todos vosotros.
No tengo más que añadir, no quiero enrollarme hasta la infinidad diciéndoos lo que ya sabéis. Os quiero un montón, monitores y acampados, acampados y monitores. Sois lo mejorcito, gracias por acogerme en esta mágica familia en la que puedo ser yo misma, sin temor a ser juzgada, y donde me siento tan querida.
Un beso enorme de mi parte y de MARIANA.
~ Leti.

¡E hicieron PUM, y se convirtió en Campus!

Érase una vez, hace 6 años, una inocente criatura que en HarryLatino había conocido a un montón de gente maravillosa pero que jamás creyó que eso pudiese ir a más.
Esa inocente criatura estaba perdida por las Canarias pensando en volverse a la Península cuando una de esas personitas maravillosas le dijo "oye! en la zona norte se está formando un HL Local, si vuelves por aquí deberías pasarte". Esa inocente criatura volvió a la Península y sin dudarlo se unió a dicho local, era un Local muy grande ya que por el norte había muy poquita gente y había que abarcar muchas comunidades. En una de las quedadas, dos de las que lo organizaban le comentaron una idea que habían tenido y la inocente criatura se apuntó de inmediato pues le había encantado, pero sin saber realmente dónde se estaba metiendo.

Esa idea era.."Si nosotros que abarcamos tanto y tenemos que hacer quedadas quedándonos a pasar noche porque no nos da para volver a casa, lo hacemos, ¿por qué no organizar algo para que podamos reunirnos los fans de toda España?". Eso era hablar de muchos fans (unos 50 calculábamos de aquella), se necesitaba un sitio grande y mínimo 3 ó 4 días y había que comer esos días y preparar alguna actividad para pasar el rato, pero nos tenía que salir económico también "Pues ya está, ¡un campamento!"

Cuando la inocente criatura se incorporó al proyecto la idea del Campus Potter estaba empezando a coger consistencia, las ideas volaban, pero no pensábamos a lo grande, era el primero y sabrían los dioses lo que iba a salir de allí. Pasaron los meses, se encontró el sitio, se cerró el equipo con 5 personas, se planificaron las actividades y el rol y llegó el momento de realizarlo... FRIKIS, FRIKIS EVERYWHERE! La inocente y tímida criatura lo estaba flipando con lo maravilloso de todo el mundo, 36 personas que eran, algunos conocidos de internet, otros nuevas incorporaciones, todos formando en escasos 7 días una gran familia.
Los 7 días se hicieron eternos pero también pasaron en visto y no visto y la inocente criatura ya no era la misma que cuando empezó todo. Había encontrado una familia, una familia de verdad, nada de simples lazos sanguíneos, una familia elegida por el corazón y que llenaba un vacío del que nunca había sido tan consciente como ahora que se había llenado. Y no sólo eso, una familia que le permitía ser como ella era realmente y ¿cómo era? eso era un nuevo mundo a explorar porque nunca antes había tenido la ocasión de hacerlo.
Y ahora que todos se habían encontrado no podían perder eso, había que repetir al año siguiente y había que mejorar, pero esta criatura quería probar como era estar también al otro lado, vivir la experiencia como acampado. Y así llego otro año, otro año en el que la familia se reencontró y encima también creció, un año que mejoró respecto al anterior y que volvió a dejar con ganas de mucho más. Al año siguiente volvió a repetirse lo mismo y al siguiente y al siguiente..
Esa inocente criatura evolucionó a lo largo de esos años, encontrándose a sí misma gracias a esa gran familia, de los cuales cada miembro le iba aportando algo, y día a día, con un campus tras otro, esa familia sigue creciendo e influenciando más y más, convirtiendo a aquella inocente y tímida criatura en la culebrilla que es hoy en día, dispuesta a darlo todo y más.
Y así los años fueron pasando, con momentos mejores y momentos peores, pero la familia siempre estaba ahí y una vez al año volvemos a casa, volvemos a encontrarnos y vivir momentos de alegría, emoción y miedo, momentos inolvidables que no cambiamos por nada.
Pero con el paso de los años se presentaba un nuevo problema, ¿cómo aguantar todo un año separados de la familia, fuera del hogar? El último día de campus, desde el primero de ellos hace 6 años, es matador, los sentimientos se desbordan y sientes que desgarran una parte de ti. Ilusos nosotros decíamos que eso con el tiempo iría siendo más suave, pero lo cierto es que cada año empeora más y más y necesitamos saciar ese dolor de alguna forma. Por eso cada año hay más y más quedadas, quedadas en las que cada vez la gente se mueve más para poder asistir, tenemos el facebook y el whatsapp, estamos más en contacto que nunca y es por eso que la familia ya siempre está unida aunque no estemos en casa.
Somos familia, recordadlo cuando lo estéis pasando mal, recordadlo cuando os planteéis no venir al campus, recordad que todos tenéis vuestro huequito entre nosotros y que no importa que apenas sepamos de vosotros a lo largo del año.
El Campus es Ohana. El Campus es Hogwarts y Hogwarts siempre brindará hogar a aquellos que lo necesiten.
Hasta luego, NO adiós.

~ Iris/Uinem, una culebrilla de sexto.

jueves, 21 de agosto de 2014

Alicia en el país de la magia

Andaba una inocente Alicia husmeando por internet, hará uno o dos años, y encontró algo que se llamaba si no recuerdo mal “Campus Potter”, cotilleó un poco a ver de qué se trataba y comprobó que era un campamento ambientado en Harry Potter, en el mundo mágico, en Hogwarts, la llamó mucho, demasiado la atención, pero no se planteó ir en ese momento.

Pasó el tiempo y el término “Campus Potter” volvió a presentarse en su vida por circunstancias especiales ¡Su hermana iba a ir de monitora a dicho campamento!

Alicia ya miraba el Campus con otros ojos, con una oportunidad más viva, más real, sus padres no tendrían excusa para no dejarla asistir a aquel lugar, que era especial, único y maravilloso, pero eso ella todavía no lo sabía…

Empezó a conocer a más novatos como ella, que compartían las mismas ilusiones y ganas de acudir a la sierra norte de Madrid, a pasar una semana ajenos al mundo muggle que tan aburrida tenía a Alicia, los no tan novatos aparecieron también, soltando algún que otro detalle sorpresa para los novatos…

Aún quedaban más de 100 días para que llegara el tercer día de agosto, pero ya casi se podía palpar la magia…

Los días pasaban, los nervios estaban a flor de piel, nuestra protagonista estaba que no se lo podía creer, iba a vivir una experiencia TAN estupenda (menos de lo que luego comprobaría), sus compañeros, que ya eran amigos, se encontraban igual, preparativos por aquí, varitas por allá…

Llegó el día tres, y aún con todo lo que la habían contado a nuestra individua, ella no sabía cómo se iba a sentir al llegar a la estación de Atocha, cómo iba a reaccionar al ver a toda esa gente fantástica con la que llevaba meses hablando…

¿Queréis saber cómo la fue?

Fantástico, genial y maravillosamente perfecto.
Abrazos, risas, grititos… algo único.

Nos subimos al autobús, llegamos al albergue y…

Alicia estaba en Hogwarts.

Vio el brillo de los ojos de los monitores al vernos a todos los novatos y veteranos, adentrándonos en el Callejón Diagon, sus enormes esfuerzos estaban recompensados cuando veían como disfrutábamos, como reíamos, como nos sentíamos en casa.

Allí el tiempo parecía como si se hubiese parado, como si el mundo muggle siguiera su curso y ellos hubieran entrado en una “dimensión” diferente, donde los minutos pasaban de una forma distinta, Alicia no sabía cómo explicarlo, pero si sabía que se sentía diferente.

Un momento que ella no olvidará jamás, es cuando entró en el gran comedor, siguiendo la comitiva del resto de novatos, la forma en la que los veteranos los acogían, el modo que los monitores, ya profesores, les miraban.

Y cuando dijeron su nombre para que el sombrero seleccionador la destinara a una casa… ese momento fue increíble para ella, pero ya cuando dicho sombrero pronunció “¡Slytherin!” explosiono de felicidad.
Pudo sentir, desde el mismísimo momento que se sentó en la mesa con el resto de culebrillas, que estaba con la familia, una familia distinta a la muggle, pero no por ello inferior.

Sintió el acogimiento, las sonrisas, cómo el término “juzgar” solo existía en la clase de Artes Oscuras cuando robaron la varita al profesor Amycus.

Transcurrieron los días, cada uno más mágico que el anterior, y nuestra Alicia no pensaba en el último, ni se imaginaba cómo iba a sentirse el día 10 por la tarde…

Y el odiado día llegó.

La angustia, la impotencia, la rabia, la tristeza, la carcomían por dentro.

Una enorme incomprensión de por qué razón se tenía que separar de su familia.  
No era capaz de entender que esas maravillosas personas que había conocido tenían que irse lejos.

Lágrimas, abrazos, más lágrimas, y tristes despedidas inundaron Hogwarts aquel triste 10 de agosto, tristeza que se transportó hasta Atocha de nuevo.

En la estación, Alicia se veía una semana atrás, casi sin conocer a nadie, asustada, y se veía en ese mismo momento y no se lo podía creer, no podía creer como en sus 16 años de vida no había conocido a gente como la que conoció en esos 7 días, gente a la que ahora podía llamar familia.

Familia, alumnos y monitores incluidos, a los que Alicia ahora tiene que agradecer todos sus esfuerzos, todas sus ganas, para hacerla sentir tan especial, en serio, gracias.

Alicia se impuso, para su bienestar propio, esta “frase”:

«No es un adiós, es un hasta luego»


Los cambios y la familia.

Yo era un chico bastante tímido y cerrado, poco dispuesto a empezar una amistad si no era con alguien a quien tener a mucho contacto, y os juro que no era por ganas. Era una persona que vivía aterrada de plantarse ante gente nueva y tener que hablar. Muy gracioso en algunas ocasiones, no negación a eso, pero con un temor a abrir la boca ante las nuevas caras. Pero el campus cambio eso.
Agosto de 2013, mi primer campus. Llego yo sin prácticamente conocer a nadie. Todo el mundo se saluda, todo el mundo habla y ríe. “Oh, mierda, no voy a encajar aquí, dónde me he metido”, pues en una familia, gilipollas, abre los ojos. No pasaron ni dos horas, no me habían ni seleccionado y ya notaba algo dentro de mí, una felicidad que nunca antes había experimentado. Aquella misma noche ya era capaz de hablar con todo el mundo sin ningún problema ¡porque esa gente era como yo! Y transcurrió la semana y una versión llorona de mí que no conocía también salió a flote; había encontrado una familia. Familia con la que no compartía sangre, pero si un estilo de vida. No compartía ciudad, pero si un mismo corazón con el que nos mantenemos unidos. Y CP 2013 se fue…
Un año duro de espera, supongo que igual que para mí y para muchos otros muy duro…
Pero volvimos a casa, y conocimos a gente nueva. Familiares nuevos. Y a viejos que creíamos que eran nuevos también, que somos muchos, coño. Y hemos vuelto a pasar la mejor semana de todo el año junto a la gente que queremos. Y otra vez se acaba, y a sufrir todo un año, aguantando por esa familia, esa unión que tenemos escondida en plena Sierra, alejada de todo mundo exterior.
Muchas son las cosas que podría recalcar de la inmensa e increíble felicidad que crea el campus, pero no, las dosis en pequeños recuerdos pasajeros son mucho mejores, y tenemos mil quedadas y visitas para no morir en casa solos de tanto feel.
Campus Potter no dura una semana, Campus Potter no es un campamento… Campus Potter es una familia que se va a mantener unida tras el paso de los años, es el apoyo y ayuda de mucha gente a seguir adelante para no desmoronarse. Y eso es lo más bonito de todo.
Os quiero.
Atentamente: Aaron. El falso. Es decir, el de la barba. Bueno, ahora ya no. Bueno, coño. Que eso.

Pene.

Hola putas, habéis perdido.

                                                                                                           Atentamente: Dani Malfoy